martes, 30 de junio de 2009

Anochecer de un solitario

Llego a su casa tras otro dia arduo. Bostezo, como de costumbre, y comenzo a preguntarse que corno iba a cenar.
Las sobras de comida que siempre le dejaba a un gato callejero venian acumulandose desde hacia ya unas noches, quizas el crudo invierno se lo habia cargado, tampoco lo veia acurrucado en el tapial.
Se mordio la piel del brazo tan solo para aliviar el dolor de cabeza, por contraste. Estaba para la paliza.
Se resigno a comer algo muy elaborado y resolvio lastrarse unas "torres de acheno".
Tenia ansiedad por lograr algo que ni el sabia si merecia, una especie de Eli Wallach transgenico, habitante de conurbano.
Nunca comprendio porque Ivana lo habia dejado, ni la mar en coche, ni la formula de coca.
Esa noche un tango aullo...
Se fue a la cama a afrontar las pesadillas.
Y se durmio.
Se durmio, con el mismo miedo de siempre (miedo a volverse loco, al darse cuenta que esta tan cuerdo).