Cruzo aquella calle, la misma de la otra vez, y ni bien al mirarla le propuso el negocio. Sin vueltas. Como siempre, como la costumbre marcaba que era la ley.
Pago con anticipacion, y se dedico unos segundos a ver la calle, hasta que al fin vio un taxi y con un par de señas logro que pare.
"Vamos", le dijo... Y la muchacha accedio.
"Vas a temblar siempre en mi pecho"
Una vez en el telo las caricias abundaban. Sexo, del violento y unas copas de champagne. Los clientes a esas horas son mejores que a la tarde, los vampiros reconocen que a la noche es la ocasion.
Se levanto la mujerzuela, y paso un minuto por el baño. Al salir, se puso su campera y fue entonces que reclamo: "¿No sabes que a las putas no se nos besa en la boca? Deberias no intentarlo".
"Si se", contesto sin entusiasmo el pendejo y malherido. "Lo que pasa es que, aunque vos no te acuerdes, ya has estado conmigo otras veces, unos lindos buenos mangos te habras hecho ya por mi. Tal vez este enamorado"
Y los dos hicieron como que no escucharon eso ultimo.
Al salir, el paro de nuevo un taxi que la llevaria a ella a su destino, el en cambio a pata fue que se marcho.
"Estas muy confundido pibe, trata de no volver por alla" dijo la ramera justo antes de largarse.
Y al caer la noche siguiente, el de nuevo aparecio. Quizas desacertado...
Los vampiros reconocen que a la noche es la ocasion...
"Burlando al corazon, contigo pan y cebolla"
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2 comentarios:
me gustó, si...
me gustó.
Que durazno, la vida de esas buenas pibas.
Saludos che.
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