miércoles, 24 de marzo de 2010

Violencia es mentir

“Todavía no han regresado.
Y nosotras, tenemos que cuidar unos pañuelos,
blancos como nuestros cabellos,
para los amargos días venideros.

Sin ustedes a nuestro lado,
esos días serán muy tristes.
Por eso juntamos nuestras fuerzas de mujer,
y cantamos tan fuerte, que quizás lo oigan
llegando el estruendo a través del aire”

lunes, 8 de marzo de 2010

Gresca

Conservando recto el paso caminaban los Rujana, Gustavo que bajo cualquier condicion mantenia cierta elegancia al andar, y Emilio que a esa altura de la noche trataba de fijar su vista en una hilera de baldosas, para no perder el paso.

Leandro Andrades y Milton Jose Cuenca Guzman, un argento y un peruano que a esas horas tambien estaban entregados a la calle, se habian conocido en un cyber. Y venian tomando una cerveza que habian cosechado justamente en el local.

La cuestion es que en las inmediaciones de Once el ambiente esta caldeado.
Andrades, porteño de nacimiento, Cuenca Guzman un oriundo de Loreto.
Los Rujana al igual que la otra dupla caminaban por la calle Boulogne Sur Mer sin rumbo fijo, pero con destino de joda, o boliche por encontrar. Estos eran del interior, y habian venido a Capital hacia ya unos años en busca de alguna salida.

Fue cuando Emilio paro contra una pared, a una cuadra y media de Avenida Corrientes, para evacuar vejiga, y que Gustavo siguio su paso, cuando este se cruzo con Leandro y Milton Jose, solo se miraron mal, y no paso de eso.
Cuando la dupla internacional siguio unos pasos, ahora se cruzaban con Emilio, quien pedo mediante, pecheo a Milton, mientras cerraba su bragueta a la vez.

El "¿Que te pasa?" de Milton solo dio lugar a un par de puteadas no muy creativas, y sin explicacion. Leandro trato de separar, ya que no habia motivos para pelear, pero recibio tambien un empujon de Emlio, que ya no sabia ni donde estaba, hasta ahora, solo el vino le habia pegado.
Gustavo Rujana observaba desde unos veinte metros.

Leandro tambien empujo al mas joven de los Rujana, y amago a darle un tortazo, y pasaron dos segundos sin que nadia haga nada.
Luego se acercaron con los dientes apretados el porteño y el peruano para encararlo a la par, mientras Emilio les preguntaba en tono poco amigable si estos dos se la aguantaban.

Viendo esta situacion, y al mismo tiempo que comenzo a acercarse al lugar, Gustavo grito "Ahi nomas" como arengando a Emilio a tomar una decision rapida (el mismo que se gritan las parejas de truco, como invitando al compañero a cantar un falta envido...) y asi fue que el primer recto de la noche dio en la carretilla de Milton, que cayo como podrido al suelo, y tambien se le rompio la botella de cerveza que todavia llevaba.

Al instante Emilio saco un par de manos mas, dirigidas a Andrades, quien las esquivo, con cintura boxistica y cuando Emilio paso de largo recibio un lindo zurdazo que no solo lo derribaria, sino ademas lo haria revolcarse subre su propia meada, que todavia estaba caliente, demasiado caliente.

Gustavo llego a los saltos, corriendo con apuro y en uno de los pasos no llego a tocar el suelo ya que Leandro Andrades atravesaba sus segundos de gloria y lo recibio con un crochet que lo mando directo contra la pared, pero no cayo, lo atajo el muro. Y Andrades entonces se acerco para seguir golpeandolo... Aunque solo lograron forcejear un poco mas al estilo judoka.

A un metro y medio de ellos , los otros dos se levantaban casi al mismo tiempo, Emilio, empapado en meada y mareado ya muy mucho. Milton que todavia no entendia nada. Los siguientes 4 segundos de la vida de Milton transcurrieron asi:
Se levanto y ya completamente erguido recibio otro empujon (de Emilio) que lo dejo en el suelo.
Casi como rebotando recupero la vertical.
Recibio un derechazo tremendo entre las cejas, aplicado por Gustavo que justo habia salido del forcejeo por un instante.
Recupero la horizontal.
Y ya no intento volver a pararse.

Andrades, que todavia no habia tocado el suelo se llevo puesto como tackleando a Gustavo, y cayeron los dos al suelo.
Emilio, el unico en pie por un momento, pudo ver a lo lejos unas luces celestes de patrullero, ayudo a levantarse a Gustavo y comenzaron a correr, zigzaguearon un par de esquinas hasta que pararon ya muy lejos del lugar...

"Que carajo les pasaba a estos dos hijos de puta" dijo Leandro mientras ayudaba a levantarse a Milton...

Mientras tanto a unas cuadras de ahi, Emilio miro a Gustavo y mientras mostraba una sonrisa complice razono: "Somos cualquiera, siempre lo mismo"