domingo, 25 de septiembre de 2011

Algo sobre valores

Premisa I)

Nunca temí por mi vida más de lo que consideré que ésta valía.

Premisa II)

Un varón al cubo no vale la mitad de la raíz cuadrada de una mujer.


Escena I)

Woody Harrelson corre desesperado. Deja atrás las salas de timba. En el transcurso de la escena algo cambia en su rostro, con una capacidad actoral del carajo. Llega a un helipuerto en la azotea del edificio. Obviamente tarde. Demi Moore y Robert Redford ya han despegado.

Escena II)

Eli Wallach corre desesperado. La tremenda capacidad actoral de esta bestia sumada a la impecable musicalización de la escena por parte de Morricone, hacen de este acto una escena inigualable, candidata a estar en cualquier ranking bien ubicada.
Sigue corriendo, deja atrás un par de tumbas, la escena transcurre en un cementerio. Hasta que de pronto encuentra la sepultura que buscaba. Su rostro no cambia, no solo en la escena sino en la película entera, de principio a fin, muestra a un tipo capaz de traicionar, matar y mentir por conseguir lo que quiere.
A pesar de haber encontrado la tumba, no sólo no era la que realmente importaba. Sino que obviamente es muy temprano... Todavía tendrá que dirimir el asunto con Van Cleef y Clint Eastwood.


Conclusión final:

Se distorsionan las prioridades y se nublan los valores, cuando el culo es lo que sangra.

2 comentarios:

Sin Rastro dijo...

Gracias por el rastro...=)

taller de grabado dijo...

buenisismo amigo guillo