miércoles, 7 de septiembre de 2011

Reenviado: Cuarto creciente

Hola, como andas?
Te escribo para saber que es de tu vida, ayer te mande un mensaje...

Pero ademas me intriga saber que hiciste la noche en que dejamos de vernos. Habíamos quedado, mucho antes de todo eso, en que cuando nos separásemos nos íbamos a contar como la estábamos pasando, y nos íbamos a mantener en contacto igual.
Yo cumplí mi parte.
¿Que hiciste vos aquella noche de cuarto creciente en que nos peleamos?


...


Que haces?
Ayer recibí tu mail.
Igual, te contesto, para no dejarte de nuevo pagando. No me voy a extender demasiado.

Los días posteriores a la vez que me peleaste, no hice mucho ruido. Me parece necesario aclarar esto de quien dejo a quien, sobre todo para no andar con tantas indecisiones. Por eso es que no te conteste aquel primer mail.
Con respecto a eso que decís , que me mandaste un mensaje ayer, es diferente. La semana pasada me afanaron el celular, en la calle, y cuando quise hacer algo por recuperarlo me conectaron un jab que me hizo respirar el polvo de unas cuatro baldosas de Azcuénaga al 600. Al parecer eran dos los ladris. No pude hacer que los de la empresa me asignen el mismo numero. Tampoco pienso tener celular por ahora.

Pero no quiero desviarme.
Como te comentaba, no hice mucho ruido.
Algunos días después de la ruptura, me hice un perfil en una pagina de chat, para ver si te encontraba reemplazo (Devaluamos el orgullo cuando el culo es lo que sangra).
Gilberto, que me acompaño en esos días, no paraba de tratar de convencerme en visitar algún culeodromo. Al fin y al cabo terminaba yendo él solo.
Por supuesto que si yo hubiese ido no te lo diría , pero es que realmente no fui.

Hubo una semana en especial, en que si me hacías falta. No se. Me puse a ver las fotos de aquel fin de semana en Bialet Masse. Una noche esa semana, me tome medio fernet que había quedado de una joda con los chicos, y pase por la puerta de tu casa. No te debes haber enterado, quizás estabas durmiendo. La que si estaba, era tu vecina, la vieja que barre la vereda a las seis de la mañana, se lo debe haber contado a todo el barrio, ya que de bronca e impotencia, me puse a mear en la vereda de en frente.


En resumen. No hice mucho ruido pero tampoco fui un fiambre.
No lloré. Tampoco me cagué de risa.
Solo me olvidaba del todo de la situación, cada vez que jugaba Boca. Mi hermana mas de una vez me pregunto por vos por entonces. Y debo tener unos cuatro kilos mas.


Pero si te referís particularmente a la noche en que me peleaste:
Me quede con ganas de discutirte un par de cosas. Salí de tu casa, empece a sentir el frió al cuarto paso nomas (me había olvidado la campera ahí, colgada en la silla, pero no daba para volver).
Tu perro, me acompaño hasta la esquina, donde le tuve que chistar para que se vuelva. Debe haber pensado que iba, como siempre, a comprar algo a la despensa.
Después, no recuerdo mucho mas, de ahi a mi casa me alcanzaron las cuadras para silbar y tararear dos veces "Ramas desnudas"...

Y mientras caminaba me encontré guiñandole un ojo a la luna, a ver si me daba una mano.

Un par de cosas mas:
Me gustaría verte.
Aquella noche, la luna se encontraba en cuarto menguante...

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Gonzinko, gracias por dejar tu huela en uno de mis blog.
Tu blog es muy bello, quise seguirte pero no encuentro a los seguidores.
besitos para ti, que Dios te bendiga.

Maite dijo...

Cuando algo así sucede, no hay mejor desprecio que no dar aprecio.

Gracias por tu visita, tienes un buen blog.

saludos

guillo dijo...

gracias corto y contundentemente poetico abrazos guillo

Crónicas de las fiebres de Alpargato dijo...

Robate la luna y escondela hasta que vuelvas a encontrar humedad en el alma.